martes, 21 de junio de 2011

De fascistas y gilipollas

Menuda se ha liado. Russian Red (en realidad la muchacha se llama Lourdes), una cantautora madrileña cuyo estilo musical no comparto del todo (muy suave para mi gusto, aunque ojo, no está mal), ha declarado en una entrevista, al ser interpelada por el entrevistador, que es de derechas. Pues muy bien, mejor para ella, como si me dice que es del Atleti o seguidora de Falcon Crest. 

El problema es que en el país de soplapollas en el que tenemos la desgracia de habitar cualquier manifestación en principio legítima y coherente (cada uno es muy libre de tener su ideología, mientras respeta las de los demás) no tarda en ser aprovechada por gilipollas varios y artistas de medio pelo para hacerse notar. Nacho Vegas, artista del que no he oído una canción en mi vida (le conozco por una colaboración con Bunbury, si no recuerdo mal, o sea, un artista de medio pelo) sale a la palestra para definir automáticamente a todo el que sea de derechas como (literalmente) "un cretino o un cabrón", dando una pista de su altura ideológica, intelectual y de paso de la poca educación que debieron darle en casa, sus supuestos padres progres, igual estaban muy ocupados de manifestación o acampada.

No contento con eso, se ve, un concejal de PSOE de Aranjuez, un tal Óscar Blanco, que debe ser otra eminencia, cuelga en Twitter que "Russian Red es una fascista". Con dos cojones. Resulta que en este país de progres trasnochados, socialistas de mierda (sí, he dicho "socialistas de mierda", pues no admiten otro calificativo los que se hinchan la boca y luego recortan ayudas sociales) y de boquilla e indignados con una tienda de campaña y mucha mugre por todo argumento, ahora todo el que no sea comunista, socialista o gilipollas es un fascista.

Me viene a la mente el estupendo artículo de mi admirado Pérez-Reverte "Sobre violaciones y fascistas", al hilo del uso de esta palabra por quien no entiende siquiera su significado. Les recomiendo fervientemente buscar el artículo y leerlo con avidez. En él venía a decir que en este país de soplapollas, ahora todo el que fume, se peine con raya, le guste ir a los toros o pegue a una mujer es automáticamente un facha y/o un fascista, como si no hubiera fumadores, maltratadores o gente bien vestida o peinada de izquierdas, desvirtuando totalmente el significado de la palabra y haciéndola inútil a base de utilizarla sin ton ni son y sin saber ni cómo ni cuando. 

Me parece inconcebible que se insulte a nadie por el tremendo pecado de decir en público que ideología política tiene sus simpatías, con la excepción claro está de extremismos, radicalismos e ideologías inmorales, ilegales o simplemente obra de un demente. Me parece que el señor Vegas y el impresentable del concejal solo buscan llamar la atención, dar la nota y que se hable de ellos, y me parece que caminamos hacia un país de tarados, soplapollas y mentecatos de una forma inexorable. Eso sí, de todos los colores.

Y por cierto, me merece el mismo respeto un señor o señora de derecha o de izquierdas. Los que no me merecen respeto alguno son los gilipollas de ambos bandos. 

Y ahora, que me llamen fascista.

lunes, 6 de junio de 2011

Indignados o desocupados

Vaya por delante que me parece muy bien que los ciudadanos de cualquier país del mundo reivindiquen sus derechos. La Constitución y el resto del ordenamiento jurídico (ya saben, el mismo que los tribunales y jueces se pasan por el arco del triunfo según quién se siente en el banquillo) así lo garantizan. En un país democrático (ya saben, un ciudadano, un voto) cualquier ciudadano tiene derecho a ser oído.

Lo que me toca los cojones sobremanera es cuando se confunde el culo con las témporas. Hoy, un grupo de anormales pertenecientes en teoría al movimiento 15 M, el cual me parece sospechoso desde el principio, por el tiempo, el lugar y las formas en que afloraron sus reivindicaciones, y que como saben ha llenado media España de tiendas de campaña, bolsas de plástico, peinados rasta y mierda en general, a cuenta de que están muy "indignados", ha entrado por las bravas en el Carrefour Zaraiche y ha bloqueado las cajas, exigiendo (manda huevos) que el gerente donara varios carros llenos de productos para los necesitados, gritando como energúmenos. 

Aparte de lo digno y plausible de la idea (a mí también me gustaría que las grandes empresas donasen, por Ley, parte de sus pingües beneficios a los más necesitados), lo que hace que estos mamarrachos pierdan para mí cualquier atisbo de lógica o coherencia es que entran por las bravas en un centro comercial (propiedad privada) a joderle la mañana a los empleados, a los clientes que se hallasen en el establecimiento y a todo Cristo viviente. Y gracias que algún cliente, tan indignado como ellos o más, pero con media hora para hacer la compra y comer, porque resulta que él, o ella, sí trabaja y no puede estar de pamplinas, no le ha dado a alguno la mano de hostias de su vida. Nada más ver la foto que publica La Verdad, observando atentamente la pinta de gilipollas que gasta la mayoría, los puños en alto y la tontería que tienen en general , recuerda uno los nunca bien ponderados efectos de una vara de avellano aplicada certeramente en la región lumbar. Al menos, mayo del 68 (que no sirvió para una mierda, la verdad sea dicha) dejó fotos bonitas, con los claveles en los fusiles y tal. Todo muy romántico, muy utópico, muy idílico, muy inútil. Estos, ni eso, ni fotos bonitas.

Si quieren reivindicar, que monten un partido político y se ganen el voto de los ciudadanos. Que reúnan 500.000 firmas y exijan que cambien la ley y que los políticos dejen de robar impunemente. Que se manifiesten enfrente de la Moncloa, y no en la Puerta del Sol, o que se vayan a vivir a un país en vías de desarrollo y caven pozos. Pero, sobre todo, que dejen de tocar los cojones a comerciantes y vecinos que intentan ganarse el pan honradamente. 

sábado, 7 de mayo de 2011

El Festival (de los cojones).

"Esto es por el festival ese de los cojones", bramaba esta mañana un vecino de mi barrio (Infante). El parque donde habitualmente juegan mi hijo y los de los vecinos amanecía con más mierda que el palo de un gallinero, lleno de vasos, botellas, bolsas de plástico, restos de comida y mierda en general. Al igual que los aledaños del Eroski Infante (al que ayer, y hoy, me ha sido imposible acceder a hacer la compra). La cosa sigue por los alrededores del río, Ronda de Garay, Plaza de toros y aledaños, parques varios, plazas y demás. 


Y es que se celebra el SOS Festival de Estrella de Levante en el recinto de la Fica. Que yo lo veo muy bien, y mi vecino probablemente también, pero podían organizarlo en un sitio con las instalaciones adecuadas, como hacen en otros lados. Que está el barrio lleno de coches aparcados donde no debieran, con gente dentro durmiendo, lavándose con botellas de agua, fumando porros a destajo y llenándolo todo de mierda.


Uno. Yo también he sido joven (coño, no hace tanto, incluso a mis 38 me considero tal) pero no tan gilipollas. Que esta tarde a una "soser", como llaman a los que vienen al festival este, le he tenido que decir que o se quitaba de en medio de la calle o la atropellaba con el coche, después de esperar diez minutos y pitarle varias veces (estaba en una especie de trance, bailoteando -sin música- mientras hablaba por teléfono -igual ahí estaba la música, no sé-, en una palabra, haciendo el gilipollas). Y dos. Tengo en mi casa una amplísima colección de música (es una de las cosas que más me gusta, hablamos de unos diez mil álbumes) pero no entiendo que ser melómano tenga que ir de la mano de ser un guarro y un payaso. De hecho, de uno de los grupos que vienen, Suede (ahora ya unos cascajos, por aquello de la edad y de las drogas), tengo todos sus discos. Una cosa es una cosa y otra es otra.


Es más, no culpo del todo a los melómanos/payasos, a pesar del poco civismo o sentido del ridículo de algunos, sino a los que organizan un evento de estas características sin previsión alguna, en un lugar inadecuado a todas luces, sin las instalaciones adecuadas y sin el más mínimo sentido de la organización o el respeto a los vecinos. Y como no, nuestras magníficas fuerzas de seguridad, que cuanto más jaleo hay, menos aparecen. 


Hoy creo que se acaba, por fin, y podremos dormir en condiciones. A ver si el año que viene lo hacen en un sitio adecuado, o miren, les cae un aguacero del copón, y que se jodan.

miércoles, 20 de abril de 2011

Da mucha vergüenza.

Pues sí señores. Con dos cojones. La enésima vuelta de tuerca, nueva pirueta, alehop, triple mortal, en el ridículo, absurdo y hazmerreír en que se ha convertido, a pulso, la Justicia española. Escribo Justicia con mayúsculas por una simple cuestión de costumbre o autoconvencimiento, a día de hoy la española no merece tamaña consideración. 
La Audiencia Nacional, justo seis días después de poner en la calle a Troitiño, asesino convicto, decreta su busca y captura.  Ya sale barato que por los creo 22 asesinatos que se le imputaron cumpla 30 años. Que a los 24 años lo hayan puesto en la calle no tiene nombre.
Y no tiene nombre, ni apellido, ni explicación lógica alguna que los mismos magistrados que hace seis días decretaron su excarcelación, por un "fallo del sistema", el doble cómputo de la prisión preventiva (otra aberración en la obsoleta, dispersa y sin sentido legislación penal española), ahora se reúnan de urgencia para decretar que no, que era broma, que a la cárcel otra vez. ¿Acaso pensaban que nadie se iba a dar cuenta, al colocar este nuevo chanchullo entre dos Madrid-Barcelona, creyendo como creen firmemente que todos los ciudadanos de este país somos retrasados mentales, y al ver la indignación social causada han querido recular?. Eso debían haberlo pensado antes, porque este asesino andará ahora a miles de kilómetros, riéndose de los magistrados, de los familiares de sus víctimas y de todos los españolitos, que caminamos cada día hacia nuestro próximo objetivo: ser el hazmerreír del mundo, porque de Europa lo somos hace lustros. 
Y no quiero ni pensar que estemos hablando de otra bajada de pantalones del Gobierno en las negociaciones que han mantenido, mantienen y mantendrán con esa gentuza (con el miserable propósito de ponerse la medalla "Nosotros acabamos con ETA", no piensen ustedes que lo hacen por la ciudadanía), aunque lo pienso, y que los magistrados del Constitucional no sean más que títeres en este nuevo despropósito. Visto lo visto, no me extrañaría lo más mínimo. Los sinvergüenzas que nos gobiernan, en los escaños azules, rojos y de todos los colores, son capaces de eso, y de mucho más. 

martes, 5 de abril de 2011

Frases aterradoras.

Anoche me dio por pensar en cómo determinadas frases dan miedo, en ocasiones no por la frase en sí, sino por la persona que las pronuncia. Es curioso cómo se desvirtúa el significado hacia un sentido u otro dependiendo del emisor de la frase, o del contexto en que se utiliza.

Provenientes de la esposa, tenemos varias. Desde la sospechosa "Cariño, tenemos que hablar", que automáticamente conlleva la pregunta interior "Dios mío, ¿Qué he hecho ahora?", hasta la aterradora "¿De dónde vienes a estas horas?", que suele desembocar en conflictos y largas noches pernoctando en el sofá. También asusta mucho "Haz lo que quieras", ya que irremediablemente te conducirá a cagarla, hagas lo que hagas. Acojona igualmente la pregunta "¿Tenemos al corriente el seguro del coche?" cuando proviene de tu media naranja. Así como "No te acuerdas de qué día es hoy, ¿verdad?", que desata una tormenta mental de cumpleaños, santos, aniversarios y efemérides en general sin precedentes.

He de reconocer que también mi esposa pone cara de pánico total cuando le suelto alguna del tipo "¿Esto se podía meter en la secadora?" (obsérvese el tiempo pasado del verbo),  o "Nena, ¿a que no sabes lo que me ha pasado al planchar tu camisa azul?". Aunque, sin duda, la que más teme, con diferencia, es la espontánea y siempre bienintencionada "Tranquila, cariño, que hoy cocino yo". Se lee el miedo en sus ojos.

De los hijos, o al menos particularmente a mí del mío, hay una frase que causa espanto. Es cuando sin venir a cuento, llegan hasta donde estás, te miran y te sueltan "Papá, ¿sabes que te quiero mucho?". Significa que han roto algo, se ha inundado algo, han pintado en algo con rotulador permanente u otros estragos. Que no es que no te quieran, que probablemente es cierto, es que uno ya está curado de espanto. Luego están las preguntas del tipo "¿De dónde vienen los niños?", cuya solución es sencilla:  "Pregúntale a tu madre". Imagino que cuando crezca vendrán otras comprometedoras, como "Papá, ¿qué te parece mi novia?" o "¿Me puedo poner un piercing en el ombligo?".

Hay frases, preguntas, cuestiones, que la gente suelta sin maldad, pero que marcan las etapas de tu vida. De niño no falta la anciana impertinente que te pone en un brete preguntándote "¿A quién quieres más, a tu papá o a tu mamá?", pregunta traumática y de peliaguda solución, salvada siempre por un "A los dos igual". Mucho más fácil siempre la de "¿Qué quieres ser de mayor?", que uno, en su candidez, respondía con astronauta, bombero o futbolista (excepto un primo mío que contestó que primera bailarina del Bolshoi, lo cual hizo que le miraran raro desde entonces en el barrio). Cuando eres zanguango, término muy caravaqueño éste, que significa adolescente (a algunos la edad del pavo aún nos dura y divisamos los cuarenta) está la de "¿Cuándo te vas a echar novia?". Cuando logras encontrar novia, viene la de "¿Para cuando la boda?". A los dieciocho segundos de casarte tu suegro, madre, padre o suegra te espeta "¿Cuándo nos vais a hacer abuelos?". Estando tu mujer aún en el puerperio, la inevitable "¿Para cuándo la parejita?". Cuando ven al niño o a la niña en el carrito viene la de "¿A quién se parece?" (entra aquí en juego mi teoría de que siempre es bueno que el neófito se parezca al padre, evita muchos sinsabores). Y al poco empiezan, con el niño, con la de "a quién quieres más, a tu papá o a tu mamá...". El ciclo de la vida, supongo. 

De todas formas, he de confesar que la frase más aterradora, pavorosa y horrible que uno puede escuchar, provocando inquietud, miedo, pánico y malestar general, es cuando un guardia civil te dice a través de la ventanilla de tu coche "¿Sabe usted a qué velocidad iba?". Eso es terror, y lo demás son tonterías.

viernes, 1 de abril de 2011

4000 gigas de pedofilia.

Tendré unas 15.000 fotografías en el ordenador, así a ojo. Me ocuparán unos 30 gigas, más o menos. Ya se sabe, unas son más gordas, otras más chicas. Pues a un profesor de la Universidad de Murcia, Secretario de la Facultad de Informática además, le trincaron ayer 4 Terabytes de material pedófilo. Es decir, 4000 gigas. Háganse una idea de las fotos y vídeos de niños practicando sexo que tenía el muy cabrón. Un disparate.

Que sea profesor es algo que cada vez me sorprende menos. Cada vez que trincan a una banda de estos hijos de puta, sí, repito, hijos de la gran puta, porque no me viene a la cabeza, como persona y como padre, otro apelativo con el que nombrarlos, suele aparecer un profesor por medio. Educadores, psicólogos infantiles, sacerdotes... gente, en definitiva, que debería tener una catadura moral específicamente intachable, ya que se dedican, se supone, a la educación de nuestros hijos. Pero bueno, ya se sabe que en todos lados cuecen habas y degenerados hay en cada casa, y más en los tiempos que corren que parece que se le ha ido la cabeza a la sociedad en general y cada día se descubren nuevas fórmulas de ejercer la hijoputez (palabra esta inventada que vendría a significar la cualidad de hijoputa, no les extrañe que en breve la acepte la Academia, que son otros que cada día están más tontos, y van a venir a joder el lenguaje los que debieran cuidarlo, pero esto es otro tema...). 

Lo acojonante viene cuando el rector de la Universidad, Cobacho, sale a la palestra con la consabida frase de "Hay que respetar la presunción de inocencia, hasta que un juez no le condene, no podemos hacer un juicio social". Y ya el despelote generalizado llega cuando suelta que "Este profesor tiene una trayectoria ejemplar de más de 20 años, y la Universidad no lo va a apartar de dar clases, él será quien tome o no esta decisión". Con dos cojones. 

Por puntos. Soy un ferviente admirador de la presunción de inocencia, base de nuestro sistema jurídico penal, Dios nos libre de volver a los tiempos, no tan lejanos, en que no se contemplaba, pero también soy un gran defensor del sentido común. Nadie guarda sin saberlo  o sin querer en su ordenador cientos de miles de fotos y vídeos pedófilos (y menos, entenderán, un profesor de informática, que se supone ducho en el asunto). Y no ya en el ordenador, parece ser que la perla tenía hasta cuatro discos duros con todo el material. Y cuando a un profesor le trincan eso en casa, su carrera deja de ser ejemplar en ese mismo momento, qué quiere que le diga, señor Cobacho. Déjese de gilipolleces. Que en el juicio podrán anular el registro porque la orden no era correcta, o porque el auto del juez tenía un defecto de forma, o porque se pasó un plazo para interponer un escrito, pero a este desgraciado le han pillado en el ordenador de su casa cuatro mil gigas de pornografía infantil. De manera que lo que tiene que hacer la Universidad es una investigación interna (que también tenía ordenadores allí el prenda) y lo primero, lo más urgente, apartarlo de las clases inmediatamente, primero por propio sentido común, dada la gravedad y circunstancias del delito de que hablamos, y segundo por su propia seguridad (le recuerdo que a la Universidad también asisten padres, y puede escaparse algún puñetazo). Y, como usted dice, cuando le condenen en el juicio, extender esa suspensión temporal a una definitiva para el ejercicio de cualquier cargo público, educativo o no. Pero no me venga con tonterías, que no está el horno para bollos. 


jueves, 31 de marzo de 2011

Uso y abuso de las siglas.

Leo en la Opinión hoy: "CAM solicita el apoyo del FROB ante la CNMV". Afortunadamente, explican para los no iniciados en el artículo el significado (hombre, CAM es fácil, CNMV medio fácil, y FROB requiere un poquito más de esfuerzo, un ciudadano medio no tiene por qué saber qué es el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria, qué quieren que les diga). El caso es que este artículo me ha llevado a pensar el enorme uso, rayando en el abuso, de las siglas, y las abreviaturas, hoy en día. Me precio de tener un nivel cultural aceptable, pero en muchas ocasiones, sobre todo cuando el periodista sobreentiende que todo el mundo sabe el significado de las mismas, no me ha quedado más remedio que consultar las siglas que pueblan titulares y artículos. 

Porque todos metemos el PIN al conectar el teléfono, pero casi nadie sabe qué significa (Personal Identification Number). Éste activa la tarjeta SIM, que me juego con ustedes una cena a que no sabían que es el Subscriber Identity Module (módulo de identificación del suscriptor), y luego le mandamos un SMS (Short Message Service) a nuestro cuñado para tomar un café. Casi todas las siglas que utilizamos diariamente vienen del inglés, lo cual hace que directamente no sepamos lo que decimos. O más correctamente, sabemos qué decimos pero no lo que significa. Tenemos coches con ABS, ESP y GPS, televisores LED o LCD que son HD y leen MP3, WMV y DIVX (qué tiempos los del UHF), ADSL en casa, nuestra IP, una PDA y un PC con su CPU, WIFI en el hipermercado, jugamos al GTA en la PSP, compramos ropa en MNG y SPF y nos encanta la NBA, OT, GH (lástima de CNN), SLQH, DEC y CQC. Vale, a mí me parece OK. Y a CR7 también.

Lo que me molesta mucho, por ejemplo, es que usen estos días en los diarios, a vueltas con los bancos, las siglas EBIT y EBITDA sin molestarse en muchos casos en siquiera traducirlo o explicarlo. No creo que un lector medio comprenda "El Banco Fulano presenta su EBIT de 2010 con un ligero aumento del 0.4%". Porque un ciudadano medio no tiene por qué saber que EBIT significa "Earnings Before Interests and Taxes" o EBITDA "Earnings Before Interests, Taxes, Depreciation and Amortization", cuando además puedes decir directamente ganancias o beneficios antes de intereses e impuestos, opción que por cierto sube el nivel de entendimiento del lector a límites insospechados. Porque entiendo que queda muy moderno usar siglas americanas, y que el inglés acaba copando el lenguaje financiero y de negocios, pues es el idioma universal para los mismos, pero también entiendo que un diario, un noticiero o un programa informativo ha de intentar llegar a los máximos oyentes, lectores o televidentes posibles y que además todos ellos entiendan el mensaje, cosa que el uso y abuso indiscriminado de siglas en ocasiones dificulta. 





martes, 29 de marzo de 2011

Sanidad y Educación.

Acabo de sobrevivir a una gripe asesina que me ha tenido medio muerto en vida, y lo que la gripe no logró (matarme) lo van a lograr nuestros nunca bien ponderados políticos. A veces me pregunto para qué leo la prensa, si sólo cojo disgustos.

Dice el señor Valcárcel que "es muy necesario que los ciudadanos asuman también el coste de la sanidad y la educación", en un intento, supongo, de abrir un debate sobre la financiación sanitaria en España. Ya saben, copago, el céntimo sanitario, bla, bla bla... Intento nada influido, me imagino, por los casi 900 millones de euros que debe el Servicio Murciano de Salud, bajo su magnífica gestión.

Pues muy bien. Una pregunta, señor Valcárcel... ¿Quién cree que paga la educación y la sanidad en España? ¿Usted? No, señor. Nosotros. Los ciudadanos. Mediante los cuatrocientos trillones de impuestos directos e indirectos con los que gravan, cada día más, nuestros ya depauperados bolsillos. Que no nos regalan nada, y menos cuando, para muchas cosas, sigue uno teniendo que rascarse el bolsillo. No nos regalan nada, ojo, a los españoles y contribuyentes. Porque digo yo que a ver si el problema no somos los que hemos pagado, pagamos y pagaremos impuestos, de todos los colores y modalidades, hasta que muramos. A ver si el problema fuese el descontrol absoluto de la Sanidad a nivel nacional, autonómico y local. El despilfarro de dinero en materiales y servicios que se pagan más caro de lo que realmente valen al cuñado de, o el amigo de, o se desperdician, o directamente desaparecen. A ver si el problema fuese que haya cuatro o cinco sueldos para un puesto, entre bajas, suplencias, más bajas y depresiones (y no hablo de nada inventado, sé de un caso en que la baja por maternidad de una pinche de cocina en el Hospital de Caravaca se cubrió con una embarazada de cinco meses, que a los días cogió también la baja, y lógicamente fue sustituida, esto son tres salarios para un puesto, y que quede ahí la cosa).

A ver si el problema fuese que aquí todo quisque que llega, con o sin papeles, legal o ilegalmente, tiene el mismo derecho que los españoles a la educación y la seguridad social, y se le atiende, se le regalan los medicamentos, los libros, las vacunas, las gasas, se le opera y lo que haga falta, hombre, que somos súper europeos y súper progresistas. Y no hablo sólo de magrebíes, rumanos y afines y sudamericanos, sino también de ingleses, alemanes y holandeses que han estado usando España durante décadas como destino de turismo sanitario, que les enviaban una ambulancia a la puerta del chalet por un dolor de cabeza. A ver si el problema fuese que se dedican usted y todos los de su oficio a despilfarrar el dinero público en gilipolleces, estatuas absurdas en redondas, murcia no typical, otras cagadas de su sobrino, el innecesario aeropuerto de Corvera (y los 67 millones en ampliar el de San Javier), la 7 Región de Murcia (no es una televisión, es una máquina de tirar dinero público), llevar el AVE al aeropuerto (para que sus colegas no pierdan tiempo), etcétera, y claro, luego les faltan cuartos para lo que de verdad importa. 

Mire, yo entiendo que cuando va usted a Madrid quiera lucirse delante del jefe, pero créame, señor Valcárcel, está usted mejor callado (aunque todos sabemos que lo que usted dice "va a misa y viene 7, 8 o 20 millones de veces", y cito sus propias palabras, que dicen mucho de su carácter dialogante y abierto). O abrir la boca para exigirle a ZP que pague a Murcia lo que le debe, porque no somos 980.000, somos casi medio millón más, y no para decir tonterías.

miércoles, 23 de marzo de 2011

De infames y bellacos.

Puede ser que yo no entienda de política e inversiones, es una posibilidad que no descarto. O puede ser que definitivamente estemos en el país con más sinvergüenzas, inútiles y caraduras entre su clase política del mundo. Posibilidad que no descarto en absoluto.

Hace cuatro días leo en la prensa que han inaugurado la segunda pista del Aeropuerto de San Javier. La intención de AENA era ampliar el uso civil del mismo, utilizando la pista uno para vuelos civiles, y la dos para vuelos militares. Ya me extrañó bastante que lo hiciesen estando en construcción el de Corvera. Pero hoy mi espanto ha sido mayúsculo al leer en la prensa las declaraciones de Valcárcel asegurando que casi ha llegado a un acuerdo con AENA para cerrar el aeropuerto de San Javier en cuanto el de Corvera esté abierto. Que por cierto, las ha hecho en medio de una oportuna visita al aeropuerto con el alcalde de Murcia y la alcaldesa de Fuente Álamo (asco me da ya la indecencia con que se apresuran nuestros políticos a hacerse fotos, cortar cintas e inaugurar toda clase de cosas, que luego suelen quedar a medias, cuando se avecinan elecciones). Y paso del espanto al pavor al leer que el montante total de las obras de mejora de infraestructura y construcción de la segunda pista en San Javier ha supuesto una inversión de -agárrense a la silla- 67 millones de euros. Por supuesto, de dinero público.
Espero que el señor Valcárcel, para no faltar a su condición de político, mienta como un bellaco, porque si no, estaremos, otra vez, ante un caso flagrante de despilfarro del erario público, esperpento político y poca vergüenza generalizada. Es más, no acaba de quedarme claro como Valcárcel puede decidir cerrar o no un aeropuerto militar (a no ser que acaben de nombrarlo general en jefe de los ejércitos y caudillo de España, otra buena razón para huir con lo puesto del país).

¿Hasta cuando asistiremos a ejercicios de infamia por parte de nuestros políticos? Hemos tragado y tragamos con intereses personales detrás de proyectos megalómanos, guerras de trincheras dentro de cada partido, donde cada cual tiene su sector e intenta imponerlo, nombramientos a dedo de parientes, amigos o compañeros de fechorías, declaraciones disparatadas para intentar justificar lo injustificable, apoyo total del aparato del partido a ladrones y estafadores, campañas de financiación mafiosas, compadreo con los sindicatos, alardes de ineptitud fuera de toda lógica, impunidad total de los bancos y banqueros, que no sólo provocaron la actual crisis, sino que encima reciben ingentes inyecciones de dinero público, recalificaciones y arreglos urbanísticos que rozan lo esperpéntico, ingentes fortunas amasadas en pocos años con el beneplácito, la complicidad o directamente la autoría de nuestros políticos, despilfarro de dinero en absurdos y planes E mientras nadie ayudaba a las pymes y los autónomos... en medio del baile de un gobierno de incapaces con una oposición sin ideas, plan ni argumentos. 

La lista de abusos, ruindades y canalladas es interminable. Casi tan vasta como la indolencia, resignación o amargura con que los españoles asistimos al bochornoso espectáculo. Me da igual quien se imponga finalmente en las próximas elecciones. La clase política española está enferma, moribunda, y aún a riesgo de generalizar y meter a todos en el mismo saco (deseo fervientemente que alguna honrosa excepción quede, aunque cada día lo creo menos) no merece mi más mínima consideración ni el más exiguo ápice de mi respeto. Y lamento el tono lóbrego y amargo de esta entrada, pero es lo que me pide el cuerpo.


lunes, 21 de marzo de 2011

Obama y la poca vergüenza

Jamás esperé milagros, precisamente el inicio de la campaña de Obama en Estados Unidos me pilló allí. No creía, y el tiempo ha venido a darme la razón, que estuviésemos ante la presencia del nuevo Mesías, empeñados los demócratas en venderle al mundo que un presidente negro iba a ser la panacea, y que con una varita mágica iba a solucionar, de un plumazo, todos los problemas del mundo, y parte de la galaxia cercana. Los americanos compraron la moto, y Obama ganó, como estaba previsto. Dos factores influyeron sobremanera, el desastre natural que le precedió, George W. Bush, y su condición de afroamericano. El pobre Obama vino a alcanzar el poder en el peor momento, con una crisis monetaria internacional sin precedentes, que ríase usted de la depresión del 29. Le dieron un Nobel de la Paz que aún sigo sin entender, como la mayoría de ustedes supongo, y hace el hombre lo que puede dentro del circo que ha sido, es, y seguirá siendo la política americana.
Pero hace unas horas ha perdido, para mí, la poca credibilidad y carisma que le quedaba. En el exacto momento en que soltó en público que la intervención en Libia es por el bien de la humanidad y para proteger a los pobres civiles.
Mire usted, señor Obama, está mejor callado. El mundo está tan acostumbrado a que ustedes los yankees hagan y deshagan a su antojo que nadie le va a pedir explicaciones. Haga, como sus predecesores, lo que mejor convenga a sus intereses armamentísticos, petroleros y electorales y ya está, no pasa nada. Pero no nos tome por gilipollas. Ni insulte a los miles de inocentes a los que ustedes, y la ONU, han dejado morir en los balcanes, en Sudán, en Ruanda, en Mali, en el Chad o en Haití, sin hacer nada o haciéndolo con años de retraso para cubrir el expediente. Ustedes corren, gastan y despliegan como locos en cuanto hay petróleo de por medio, y a los demás que les vayan dando. Y tranquilo, ya le digo, estamos acostumbrados. Pero no venga encima a vendernos la moto y autoproclamarse defensor de la libertad y la democracia, le recuerdo que aún andan buscando armas de destrucción masiva en Iraq. Como dice un castizo refrán murciano "vale que te cepilles a mi mujer, pero no te limpies encima en mis cortinas".